martes, 29 de diciembre de 2020

Incidente crítico




Mi nombre es Zeltzin Alvarado y soy profesora de idiomas. He dado clases a personas de todas las edades pero los últimos años me he dedicado a enseñar inglés a niñas y niños y lo disfruto mucho. Me gusta los retos que implica, así como ver sus resultados y avances. 

Como resultado de la pandemia y al igual que muchas otros compañeros, sufrí el cambio de clases presenciales a clases en línea. Ha sido un proceso de ajustes tecnológicos y emocionales. Al principio pensé que el incidente crítico que quería abordar surgía de este cambio, pero me fui dando cuenta de que, como muchas cosas, es algo que viene desde antes en mi práctica docente pero que se hizo mucho más evidente al pasar a esta modalidad.

Hace algunos meses comenzamos a trabajar en línea y a distancia lo cual era nuevo para mí y mis alumnos. Enfrentamos los retos de cualquier otra clase: el aspecto técnico, la atención de los alumnos, la adaptación del programa de estudio, la tolerancia a la frustración, el aspecto emocional de los alumnos y pues también las teachers.

Creo que todos los cambios son ventajas y desventajas. Por ejemplo, al no estar yo físicamente presente, hay muchas cosas con las que no puedo ayudar a mis alumnos, pero esto a la vez los hizo mucho más independientes en su aprendizaje. La distancia complicó ciertas formas de dar explicaciones, ciertos juegos y actividades, pero también el estar presente en la pantalla nos da otro control de clase, otra forma de comunicarnos con ellos.

La atención de los alumnos es muy distinta en clases en línea. Existen muchas distracciones y los perdemos muy rápido, así que si la clase no está bien estructurada y pensada de manera que los alumnos sean el centro, no funcionará. 

En idiomas la repetición y memorización son de gran ayuda y con ayuda de sus adultos, los niños pueden aprender muchas cosas en línea, pero al momento de evaluar me he dado cuenta de que aún no logramos producir el idioma de manera natural y orgánica, como se trabajaba en el salón de clases.  

Lo que siento que sucede es: si controlo mucho la producción oral del alumno, le limito. Si lo dejo ser, tal vez doy por alto oportunidades de corrección (o incluso la modalidad a distancia hace más complicado la corrección al momento). Hay que encontrar un balance ¿Cómo puedo hacer que mis alumnas y alumnos se apropien del idioma, lo entiendan y lo produzcan mediante clases en línea que no sean tediosas y que mantengan su atención e interés? 

He trabajado en clases individuales y se puede lograr pues al ser una sola niña o niño se pueden usar más estrategias. En un grupo, al estar todas las personas conectadas, pueden desesperarse mientras llega su turno, sus dudas pueden ser pasadas por alto o tal vez la clase no resulta de su interés tanto como para sus compañeros y por lo mismo el nivel de compromiso y atención no es el mismo.

Me gustaría tomar todos estos aspectos para poder crear una clase efectiva, tanto, que parezca una mejor opción a una clase presencial, porque veo muchas ventajas en las clases en línea y a distancia, creo que eso puede ser realmente innovador en la educación.






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